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Publicado por daniel 25-6-2003

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Drogas y escuela: más de 20 años de investigación y de inquietudes pedagógicas

por el doctor Armando Vega Fuente

Las drogas constituyen hoy un peligro para el pleno desarrollo de niños y adolescentes, lo que invita a estar en contante alerta sobre su consumo y abuso para poder desarrollar las actividades educativas de prevención más adecuadas a cada situación.
En esta línea, un equipo de profesionales estudia, desde el año 1981, el consumo de drogas entre la población adolescente de San Sebastián (España) y ya son seis los estudios realizados.
Con estos estudios, además de medir los niveles de consumo y su evolución, se pretende conocer las actitudes de los adolescentes ante las drogas, sus niveles de permisividad ante ellas, los sistemas de valores asociados a los comportamientos y actitudes detectados, los factores psicológicos relacionados con los diferentes niveles de consumo, así como la perspectiva pedagógica con el fin de orientar las actuaciones educativas en los centros escolares.
Con Drogas y escuela VI (Elzo y otros, 2003), que acaba de ser publicado, tras 21 años del primer estudio, se dispone de una perspectiva histórica de lo que ha sucedido en el campo de las drogas entre escolares. Además, "estamos ante un caso único en todo el territorio de español de un estudio en serie y con una metodología y universo equivalente", como se indicaba en la presentación del libro.
El trabajo de campo de este último estudio se llevó a cabo del 4 al 22 de marzo de 2002 entre los estudiantes de la ESO, Bachiller y Ciclos Formativos de Grado Medio de San Sebastián, en 107 aulas repartidas en 15 de los 47 centros docentes existentes en la capital donostiarra, con los escolares de los niveles mencionados. Los estudiantes respondieron las encuestas por autorrellenado en el aula escolar, en ausencia de los profesores y monitorizados por técnicos del equipo de investigador. Participaron un total de 2,329 escolares, entre los 12 y los 18 años, en su inmensa mayoría.
En esta última investigación, aunque en líneas generales mantiene el planeamiento y metodología de los estudios anteriores para posibilitar la comparación de los datos, no faltan modificaciones, como recoger datos de la población de 11 ´0 12 años, al detectarse un descenso en las edades de inicio al consumo de determinados productos y de forma particular el alcohol. Se asume, por otra parte, que, al final de la enseñanza primaria y al inicio de la secundaria, se conforman gran parte de los comportamientos, hábitos y actitudes que van a condicionar el modo de enfrentarse a las drogas durante el resto de la experiencia escolar, al menos hasta la entrada en la Universidad a la búsqueda de un trabajo. De ahí que el libro sirva de base para que profesores, padres y alumnos reflexionen sobre las estrategias a seguir, a tenor de los resultados habidos en la investigación. El análisis de la evolución del fenómeno de las drogas entre los escolares de San Sebastián en estos 21 años, más las reflexiones realizadas ante esta cuestión por parte de diferentes profesionales, aporta nuevos elementos para el compromiso educativo.

El consumo de alcohol y de tabaco.

Cuando comenzó la seria Drogas y Escuela, en 1981, la alarma social estaba centrada en las sustancias ilegales: empezaban a producirse las consecuencias más negativas y devastadoras de lo que se llamó la epidemia de la heroína. El cannabis, la heroína y los alucinógenos aparecieron en España, justamente, cuando comenzaba una etapa política y social de gran trascendencia. Aunque en esta época los problemas asociados al alcohol eran acuciantes y las tasas de consumo importantes, no se les prestaba la atención debida. Esta seria de Drogas y Escuela comenzó cuando en nuestro entorno se inició un nuevo modo de beber de utilizar el alcohol.
A principios de los años ochenta se vislumbraban las diferentes pautas de consumo de alcohol que posteriormente se han consumido en los días laborales, alcanzando en el año 2002 la máxima cifra de abstemios obtenida en los 21 años de la serie. En 2002, 91.6% de los adolescentes se declaró totalmente abstemio en los días laborales mientras que esta cifra era de 57.8% en el año 1981. Este fenómeno también se detectó entre la población adulta, aunque de forma menos intensa.
En este aspecto, el cambio más llamativo se produjo entre 1981 y 1985, periodo en el que se realizó una traslación hacia la abstinencia por parte de adolescentes que mantenían consumos moderados de alcohol entre semana: 34,4% (1981), 16.5% (1985) y 7% (2002).
En cambio, los fines de semana experimentaron justo el fenómeno contrario en el mismo periodo de tiempo, 1981-1985. El alcohol se estableció como protagonista principal de los dines de semana de los adolescentes y la proporción de los que no consumen alcohol descendió bruscamente, incrementándose de forma notable los consumos más problemáticos. Así de 1981 a 1985 el consumo de riesgo (sumando bebedor excesivo y sospechoso alcohólico) pasa de ser 8.4% al 16.9%. Los adolescentes se alejaron cada vez más de la abstinencia de fin de semana y se acercaron a consumos de riesgo.
El consumo moderado de alcohol permaneció más estable hasta 1991, mientras que en el estudio de 1996, y en el actual de 2002, se aprecia un descenso importante en la proporción de bebedores moderados. En 1981 la proporción de adolescentes abstemios durante el din de semana era de 41.1%. En la actualidad esta proporción es de 25.6%. Esto constara la popularidad y extensión del consumo de alcohol en el tiempo de ocio de los escolares.
Casi la mitad de los adolescentes dicen haber practicado en alguna ocasión en un botellon, concretamente 46.3% lo ha hecho alguna vez en la vida. Pero esto no se practica todas las semanas. Únicamente 6.1% dice hacerlo todas o casi todas las semanas, 15.9% lo practica una o dos veces al mes y 24.3% lo practica una o dos veces al año. Pero las connotaciones que el botellón tiene en Euskadi son diferentes al modo en que se produce en otras partes del Estado.
Incluso el nombre utilizado para denominarlo es distinto.
Los adolescentes y jóvenes vascos hablan de hacer litros, in de litros o pillar unos litros, mientras en el resto del Estado lo llaman botellón. Todo este consumo de alcohol se realiza entre la tarde y la noche de los fines de semana.
Algo que no deja de sorprender en el horario de regreso a casa para los adolescentes. Ya con 12 y 13 años se producen las primeras salidas nocturnas, entre los 14 y15 años van estableciéndose y adquieren un rando de derecho entre los 16 y18 años de edad y son más frecuentes cuando más edad se tiene.
El análisis de datos señala la existencia de una alta relación entre la hora de llegada a casa y el consumo de alcohol. Así, cuanto más tarde se regresa a casa mayor cantidad de alcohol se ha ingerido, lo que avala que a altar horas de la madrugada son muy pocos los escolares que están en la calle y no consumen alcohol, o que lo hacen de forma moderada.
Por lo que se refiere al tabaco, se recogía en Drogas y escuela V (1996) que, a pesar de utilizar una muestra distinta a la de estudios anteriores, "la tendencia a disminuir el consumo de tabaco entre nuestros escolares, es un hecho". A lo largo de 15 años de habían pasado de 51.4% (1981) que no fumaba, a 69.5% (1996) que tampoco lo hacía. Hoy se constata también esa misma tendencia entre los escolares de Donostia, aunque aparece un aumento de fumadores consumidores de más de una cajetilla al día.
En el tramo de edad de 14-15 años son más las chicas que consumen cigarrillos, entre media y una cajetilla diaria, y se igualan con los chicos cuando se trata de más de esa cantidad. Ellos las superan cuando llegan a los 16-18 años, pero vuelven a ser ellas las que consumen más cigarrillos a partir de los 19 años.

Análisis de los resultados

Después de 20 años , el consumo de casi todas las drogas se ha incrementado, aunque probablemente no en la misma medida que el consumo del alcohol. La proporción de quienes han probado cannabis ha pasado de 36% a 57% y el consumo de cocaína, antes una droga poco común entre los escolares, se ha multiplicado por cuatro en 20 años, alcanzando 8.6%.
Por su parte, la heroína sigue siendo absolutamente minoritaria, si bien se detecta cierto repunte de su consumo, fumada, como mecanismo de control de la euforia ficticia producida por los estimulantes.
Una de loa cuestiones más preocupantes en el estudio pone de manifiesto es el hecho de que, tanto en lo que se refiérela alcohol como a las drogas ilegales ,los escolares están a la cabeza del consumo, tanto si se les compara con los adolescentes del resto del Estado como con los adolescentes de otros países del mundo. Por lo que se refiere a las drogas ilegales. utilizando los datos del Plan Nacional sobre las Drogas, se observa que la proporción de adolescentes de San Sebastián que han probado cannabis (57%) casi duplica la del reto del Estado (31%). Algo parecido ocurre con los que han consumido cannabis en le ultimo año o en el ultimo mes, y con el resto de las drogas ilegales todas las sustancias son más consumidas entre los escolares de San Sebastián que entre los del resto del Estado, si bien las diferencias no son tan acusadas como en el caso del cannabis (a excepción de las anfetaminas una sustancia con mayor arraigo en la CAPV que en las otras comunidades autónomas).
El consumo del alcohol entre los escolares de San Sebastián es muy similar a la medida estatal. El dato que señala mayores diferencias entre unos y otros de la prevalencia de consumo a lo largo de la vida; 85.9% de los escolares de San Sebastián ha probado el alcohol alguna vez en la vida, frente a 76% de los escolares españoles. En la prevalencia durante el ultimo año las diferencias se acortan. Así 76% de los escolares ha tomado durante el ultimo años frente a 76.3% de la españoles. Sin embargo, en el ultimo mes son los escolares del conjunto del Estado quienes sostienen un mayor consumo , si bien la diferencia es pequeña.
En cuanto al consumo del tabaco, se a doblado el porcentaje de los adolescentes que fuman más de una cajetilla diaria, respecto al anterior análisis que tuvo lugar en 1996, pero se mantiene el mismo porcentaje de no fumadores.
Respecto a la cannabis, las tasas de consumo son ciertamente las más elevadas , como se a señalado, pero este aumento en su consumo ha venido acompañado de una normalidad en la asunción de su consumo. No genera ya arma que un joven consuma cannabis. Es una sust6ancia de uso normalizado entre la población juvenil. Tal es así que todos los análisis estadísticos, se correlaciona mejor y de forma más precisa con las drogas legales que con las drogas ilegales. Quizás la despenalización del consumo de drogas tenga mucho que ver con una normalización del consumo. Tras un enorme debate social sobre si esta despenalización podría aumentar las tasas de consumo, sin llegar a conclusiones fundamentadas, sí se ha producido un impacto en la imagen que esta sustancia tiene entre el colectivo juvenil. Por otro lado , el debate social y científico actual sobre los usos terapéuticos de la cannabis está fomentando el planteamiento de una posible despenalización de esta sustancia- Más allá del mero consumo- incrementado la tolerancia de esta droga.
Pero este proceso afecta en menor medida a otras sustancias ilegales. Todo el elenco de sustancias estimulantes (cocaína, anfetaminas, éxtasis) y los alucinógenos han visto incrementado su consumo en forma notable. Los adolescentes de este principio de siglo experimentan con todas aquellas sustancias que producen efectos estimulantes, muy unidos a la nueva concepción d e la fiesta y diversión de los jóvenes. Estas sustancias, hoy por hoy , están exentas de la imagen negativa que la heroína acarrea, la vía de consumo es menos invasiva y más atractiva para los adolescentes y jóvenes. Pero, fundamentalmente, estas nuevas sustancias entroncan muy bien con alguno de los valores que la sociedad actual, y que los adolescentes abanderan. El presentismo y el hedonismo configuran dos de los valores vigentes en la sociedad, y las drogas facilitan el camino hacia ellos.
Las anfetaminas han pasado de ser consumidas por 7.7% de los escolares en 1981, al 12.6% . La cocaína experimenta un un crecimiento preocupante, pasando de 1.5% a 8.6% y las drogas del sintaxis (6.6% en 2002) no fueron contempladas en los estudios hasta 1996, ya que su consumo era inexistente hasta ese año. Luego no hay duda de lo que en la actualidad hay más consumo que hace 21 años. Son estas sustancias estimulantes con muy poca acogida en 1981, las que se han instalado entre una parte importante de la población escolar. Concretamente 12.4% del total de escolares ha probado, en alguna ocasión alguna droga ilegal que no sea cannabis.
Una característica particular del País Vasco es el consumo de anfetaminas por encima de las demás sustancias estimulantes, algo que no se produce en otras partes del Estado, donde las drogas de síntesis la cocaína son consumidas en mayor proporción. Este fenómeno es único en todo el Estado español y a sido escasamente estudiado.
La heroína por ultimo, ha quedado relegada del ínteres social y del consumo en población juvenil normalizada. Sin Embargo, no puede olvidarse que sigue siendo la sustancia que mayores demandas de tratamiento provoca y mayores atenciones reciben por parte de los profesionales que trabajan en drogodependencias . Además , parece detectarse algún uso de derivados opiáceos (benzodiacepinas) para controlar los efectos indeseados del uso de sustancias estimulantes por parte de la población adolescente. No se puede
Perderse de vista, de todas formas, que la heroína sigue estando ahí, sigue encontrándose en los canales ilegales de distribución, y es obvio que si está es porque se vende.
La equiparación en el consumo de drogas de ambos sexos es otro dato que llama la atención. El proceso de igualación se ha hecho excesivo el consumo de drogas , dando 4lugar a un fenómeno nuevo. Hasta ahora las chicas siempre habían permanecido en inferiores de consuno de cualquier droga. Sin embargo, en el año 2002 aparece una perfecta equiparación en consumo de drogas, con tendencia ascendentes. Es decir, no se produce la equiparación por un fenómeno de equilibraje , de acercamiento de pautas de consumo , sino que son las chicas las que alcanzan y ambos chicos y chicas aumentan sus consumos igualándose al alza.
Todas las sustancias son más consumidas entre los escolares que entre el resto de los consumidores del Estado , si bien las diferencias no son tan acusadas cono en el caso de la cannabis, a excepción de las anfetaminas, que es una sustancia con mayor arraigo en la CAPV que en otras comunidades autónomas.
Pero el consumo de drogas no se puede entender sin comprender la situación personal y social de estos adolescentes . En este sentido aparece en el estudio otros datos de gran interés, como los relativos a los hábitos de ocio a partir de los 16 años se generaliza el trasnochar . Y va en aumento con la edad , de modo que 66 % de los que tienen entre 16 y 18 años , los fines de semana , regresan a casa después de las dos de la madrugada, y solo el 5% no sale. Estos y otros datos recogidos en el último estudio aporran un conjunto de elementos que permiten valorar la relación de los adolescentes de San Sebastián con las drogas dentro de un contexto más amplio, que aquí no se recogen por no alargar este trabajo , por lo que remitimos a la publicación.

(NOTA: El artículo completo incluye información sobre el consumo de drogas ilegales e interrogantes en torno a la acción escolar y se localiza completo en nuestro Centro de Información para su consulta).