No es lo mismo ser libre que usar apropiadamente la libertad. No es correcto disfrutar de los beneficios de la libertad, sin  aceptar las consecuencias de las acciones y determinaciones tomadas. Asimismo, la libertad no otorga el derecho a hacer todo aquello que se desea o place; todas las personas merecen ser tratadas con justicia y respeto. Por ello, la libertad debe construirse sobre las bases de la práctica de las virtudes.

Según Ricardo Yekes Stork, la libertad es una de las notas definitorias de la persona. Permite al hombre alcanzar su máxima grandeza, pero también su mayor degradación. Es quizás su don más valioso porque empapa y define todo su actuar. El hombre es libre desde lo más profundo de su ser. Por eso los hombres modernos han identificado el ejercicio de la libertad con la realización de la persona: se trata de un derecho y de un ideal al que no podemos ni queremos renunciar. No se concibe que se pueda ser verdaderamente humano sin ser libre de verdad. (1)

 
La libertad es el privilegio concedido a todo ser humano para que realice las elecciones que determinarán su vida. También le permite esforzarse y buscar la felicidad.  Para ser feliz, lo natural es escoger aquello que es bueno, que hace bien. Sin embargo, si no existen principios y valores claros -que son los fundamentos de una conciencia recta- se puede inclinar por lo fácil y cómodo; no tener en cuenta el bienestar de los demás; y, obrar de manera equivocada o incorrecta. La elección depende del propósito y la decisión de cada persona.

Por lo tanto, no es lo mismo ser libre, que usar apropiadamente la libertad. Ésta debe ir de la mano de la responsabilidad, virtud que permite asumir el mérito o la culpa de las determinaciones y acciones tomadas. No es correcto disfrutar de los beneficios de la libertad sin aceptar las consecuencias de los actos. Quizás por esto muchas personas se rebelan contra la autoridad; los adolescentes no quieren aceptar los límites y las normas impuestas por los padres; y, algunos psicólogos se inventan métodos para silenciar la voz de la conciencia. La libertad sin responsabilidad deriva en libertinaje,  desenfreno en el modo de actuar, injusticias, abuso de los bienes y los derechos de los demás, etc. Viktor Frankl remarcó una vez que la excelente obra iniciada con la Estatua de la Libertad en Nueva York, debía ser completada con la Estatua de la Responsabilidad en Los Ángeles.(2)

Asimismo, se debe aclarar que la libertad no otorga el derecho para hacer todo aquello que se quiere o place. Se debe tener en cuenta el respeto y la justicia que merecen los demás, por ejemplo: Soy libre para matar o robar -tal vez físicamente no me lo pueden impedir-, pero no tengo el derecho de atentar contra la vida de nadie. Un caso de la vida real fue el de Mehmet Ali Agca, quien disparó -por decisión propia- al Papa Juan Pablo II, aunque no tenía el derecho para hacerlo. Como se recuerda, Juan Pablo II respondió a este hombre con su perdón, otra determinación libre tomada gracias a su nobleza de espíritu.

La libertad se debe ir conquistando según se vayan adquiriendo las virtudes. Ella permite la manifestación de los pensamientos y las acciones, mientras que las virtudes le aportan el motivo y la razón. Por ejemplo: Soy totalmente libre, pero no tengo principios claros. La libertad en sí, no califica las acciones; en cambio, las virtudes mueven a hacer lo correcto; guían a la voluntad; y, orientan la inteligencia.  Se pueden mencionar otros casos de la vida real: Hitler decidió asesinar a miles de judíos; tuvo sus propias razones, las cuales no fueron justas ni correctas. La humanidad  ha juzgado este hecho como algo deplorable que no puede volver a suceder.  Por el contrario, la Madre Teresa dedicó su vida a atender y a cuidar a los más pobres. Su motivación fue la inmensa generosidad que brotaba de su corazón. Este hecho,  admirado por mucha gente, motiva a sus seguidoras a continuar con su magnífica obra.

Ahora bien, ¿qué factores o aspectos impiden una adecuada comprensión de la libertad?

• El capricho ata a las personas a sus antojos y deseos personales. No permite un adecuado desarrollo del autocontrol personal; el cual es necesario para regular la conducta y comprender que no todo lo que se desea es bueno, ni se puede obtener.
• La indecisión como consecuencia de la confusión de criterios y conceptos, hace que las personas duden y no tomen la decisión correcta; o, que cambien de opinión de acuerdo a las circunstancias. Para elegir bien, es importante diferenciar entre lo que es correcto y lo que no lo es. Para ello, es necesario fomentar y desarrollar las virtudes, desde que son pequeños y de manera progresiva.
• La ausencia de límites y normas no permiten una adecuada convivencia ni socialización.
• La falta de metas y objetivos no ofrece la motivación apropiada para liberarse de las ataduras de la ignorancia, los vicios, los defectos, las deficiencias, los malos sentimientos, etc.
• Entonces, ¿qué acciones permiten conquistar la verdadera libertad?
• El fortalecimiento de la voluntad.
• El desarrollo de las capacidades intelectuales, espirituales, y psicosociales acompañadas de la práctica de las virtudes.
• Conocer y aceptar las propias capacidades y fortalezas, así como también las debilidades y los defectos, para desarrollar las primeras y mejorar las segundas.
• La búsqueda de la verdad, para distinguir entre el bien y el mal; lo que es correcto y lo que no lo es -buscar la verdad y el perfeccionamiento de la persona, le permite ser más libre-. Como dice el refrán popular: "La verdad os hará libres."
• Puede encontrar algunas ideas para fortalecer la voluntad en la actividad "Cómo fortalecer la voluntad."