El alcohol es un producto que muchos de nosotros usamos para relacionarnos socialmente en una fiesta o evento, pero muy pocos de nosotros sabemos en realidad lo que causa su consumo en exceso. Bueno antes que nada, aquel organismo que no está acostumbrado al alcohol se resiste, pero si la persona obliga a su cuerpo, de esta manera el organismo le pide más y más, obteniendo así que afecte el sistema nervioso al originarse la pérdida en la capacidad de coordinar los movimientos produciendo el desequilibrio y a veces caídas.

El abuso produce la ataxia locomotriz que es una parálisis propia de los alcohólicos. El alcohol produce efectos depresivos y una aparente sensación de calor al dilatarse los vasos sanguíneos cutáneos, pero lo que ocurre realmente es la pérdida de calor del organismo. Su uso frecuente y excesivo altera las facultades de la mente, el hígado se hincha, sufre el corazón, se produce úlcera, cirrosis hepática.

Con el tiempo puede traer daño en el cerebro y en el corazón. Puede producir gastritis, pancreatitis, ansiedad, malnutrición.

Esto en tu salud pero, ¿quieres saber socialmente que daño te hace?

Cuando te embriagas haces desplantes propios de un payaso bailador, peleas, enamoras a la mujer ajena y a muchos les da por besar a sus amigos. Cuando ya pierden el control total del movimiento parecen unos bultos, arrojados en el suelo, tirados en cualquier calle de la ciudad o del pueblo.

¡Por tal motivo les doy un consejo: no tomen por sentirse mejores, ni por apuestas o para tener valor! Si toman hagan un esfuerzo por dejar de hacerlo frecuentemente o excesivamente. Fuente: anael.org