Las emociones son como la sal y la pimienta de la vida, pues sin ellas nada tendría sabor, pero igual que a los condimentos, saber manejarlas harán tu vida mucho más placentera. ¿Alguna vez te ha pasado que de tanto reprimir tu enojo, te has enfermado?, ¿o que por no expresar tus problemas, un día terminas llorando por algo que parecía no tener importancia? Esto es debido a que necesitas aprender a canalizar tus emociones. Las emociones son como la sal y la pimienta de la vida, pues sin ellas nada tendría sabor, pero igual que a los condimentos, saber manejarlas harán tu vida mucho más placentera y deliciosa. Pueden definirse como estados afectivos de fuerte intensidad y corta duración (a diferencia de los sentimientos, que son de larga duración). Las reconocemos por la reacción de tensión que genera en nuestro cuerpo y que pide ser liberada por medio de una carcajada o del llanto. Para el psicólogo Sidney M. Journard, autor del libro La personalidad saludable, existen formas dañinas de manejar nuestras emociones: - Emociones ping pong. Esto te libera al instante de la tensión emocional, pues reaccionas inmediatamente, pero generar graves conflictos, al expresar de forma impulsiva lo que sientes en ese momento.
- Emociones olla Exprés. Cuando reprimimos una emoción por largo tiempo, podemos desarrollar enfermedades psicosomáticas como presión sanguínea alta, colitis nerviosa, asma, úlceras pépticas, etcétera. Otro resultado posible es que la persona acumule mucha tensión emocional y al final, estalle en el momento, lugar y con la persona menos indicada, sin aparente motivo.
- Emociones hombre-araña. Aún cuando neguemos nuestras emociones por no considerarlas adecuadas socialmente, nuestro cuerpo sigue reaccionando con tensión, aunque no seamos conscientes de ello, el resultado es parecido a la olla exprés, pero la persona no sabe qué es lo que le pasó.
Si te identificaste con alguna de estas opciones, ¡calma!, lo mejor que puedes hacer es aplicar los siguientes cinco pasos, para expresarte de forma adecuada: 1. Detente antes de reaccionar. La libertad y madurez consisten en elegir en qué momento es mejor contener una emoción. A veces, es preferible quedarse callado, momentáneamente. 2. Tómate tu tiempo. Elige retrasar tu reacción para tener tiempo de razonar y planear qué vas a hacer. 3. ¡Exprésate! Una vez que hayas salido de la situación que te pone en riesgo de un estallido emocional, escribe el evento tal como lo viviste, poniendo nombre a cada una de las emociones y sensaciones como "sentí mucho enojo o tristeza". 4. Clarifica y reinterpreta el evento. Cuando te sientas más tranquilo trata de leer de nuevo lo que escribiste, esta vez analizando qué fue lo que pasó y cuál fue tu responsabilidad en el suceso. No caigas en la posición de víctima, pues eso no te ayuda a crecer. 5. Dialoga con la persona. Cuando haya pasado un tiempo prudente y sientas que ya expresaste tu emoción, busca platicar respetuosamente y llegar a soluciones. Como todo en la vida aprender a expresar tus emociones sin dañar a otros requiere de práctica y constancia. Recuerda bien estos cinco pasos y ¡A practicar se ha dicho! FUENTE:
| Terra/Soy Mujer http://www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloId=554713 |
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