MÉXICO ¿Por qué el mito de que en los antros le ponen éter a los hielos ha subsistido por tanto tiempo? Seguro has oído la historia de la joven que, tras ir al antro, despierta desnuda en la habitación de un motel sin saber qué fue de ella la noche anterior. Después, ante el embarazo de la chamaca, la madre asegura que debió de ser el éter que pusieron en los hielos de su bebida. Estas historias se han repetido sin cesar durante décadas. De hecho, es sabido que desde la generación de los sesenta se recurre a este mito para justificar las borracheras y las consecuentes calenturas juveniles. Sin embargo, resulta arbitrario pensar que una sustancia tan volátil en su forma líquida pueda ser la causa de tantos episodios similares. El éter es una droga que ha permanecido en la mente de los incondicionales del reven. Pero, ¿por qué echarle la culpa al éter y no al alcohol adulterado, por ejemplo? El doctor Salvador Huasi Nieto, anestesiólogo e investigador de nuevas técnicas para dormir a sus pacientes, destaca los efectos más comunes de esta sustancia: «El éter en dosis pequeñas produce efectos como desinhibición y la sensación de que se agudizan los sentidos. En dosis medias y altas se suscitan alucinaciones visuales y sobre todo auditivas, así como una marcada desinhibición que puede manifestarse en el terreno sexual. Sin embargo, tras ingerirlo, el gusto a éter permanece durante días en la boca y garganta». Se necesitan al menos diez gotas de éter para producir un efecto sensorial y si las bebidas estuvieran contaminadas, el sabor metálico y ácido del éter sería reconocible y todos podríamos notar su presencia. Hay otros sedantes que pueden ser utlizados para dormir a las víctimas y abusar de ellas, todos son de uso médico y no se pueden adquirir fácilmente. FUENTE:
| Chilango/Grupo Editorial Expansión http://www.chilangoweb.com.mx/nivel2.asp?cve=35_11&xls=print.xsl |
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