CUBA En más de una ocasión me he referido a los conflictos sociales relacionados directamente con el consumo abusivo de alcohol, traducidos estos en maltrato infantil, violencia de pareja y juvenil, ausentismo laboral y daños a la economía nacional. También he comentado sobre el alcoholismo, un trastorno neuropsiquiátrico originado por el uso excesivo y constante de esta droga lícita. No han faltado ejemplos de accidentes de tránsito con la consabida pérdida de vidas humanas en que el alcohol ha sido el causante del desastre. Cuántos casos de cirrosis hepática, cáncer y enfermedades cardiovasculares hemos conocido y aparece el alcohol como el agente que provocó los episodios? Y es que, según informes de la Organización Mundial para la Salud (OMS), el consumo excesivo de alcohol se considera el tercer factor de riesgo de enfermedades en los países desarrollados y el primero entre los hombres de los países pobres. Pero hay algo más aterrador y está en la cifra de 2,3 millones de personas que fallecen anualmente por causas vinculadas al abuso excesivo del alcohol y que señalan esta adicción como la quinta causa de muerte prematura y de discapacidad a nivel mundial con un 4,4 porciento de morbilidad en el planeta. Un dato refiere que los decesos del 6,1 por ciento de hombres y del 1,1 por ciento de las mujeres estuvieron relacionados con el alcohol, lo cual constituye un promedio de 3,7 por ciento para ambos sexos. Pero en las muertes de los menores de sesenta años los fallecimientos asociados a su consumo excesivo aumentan un cinco por ciento. Todos estos males lo provoca el alcohol y no hago con esto una campaña antialcohólica. Solo es un mensaje de atención sobre la necesidad de estar prevenidos ante un mal que puede tocarnos a la puerta de manos de un hijo, un hermano o un amigo. Prevenir es mejor que curar. Jacinto Padrón (1/08/07 10:20 am hora local) mail: rchcmad@enet.cu
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