MEXICO
El odio y el rencor son de las emociones más fuertes que hay en el sentido en que bloquean cualquier rayo de luz en nuestro camino. El rencor es una prisión eterna capaz de envenenarnos tanto el alma, hasta repercutir en nuestro cuerpo físico creando diversas enfermedades, tales como enfermedades cardíacas, problemas circulatorios, problemas respiratorios, depresiones o incluso cáncer (cuando el rencor es muy prolongado e intenso).
Nos atamos al rencor por miedo a ser lastimados de nuevo, por no mostrarnos débiles ante los demás, por tener un pretexto para "no ver a esa persona", por no "hacerle el bien a quien nos dañó"., etc.
El perdón puede definirse en una sola palabra: libertad. Libertad para nuestra mente, nuestra alma y nuestro cuerpo.
Para perdonar no requerimos volver a ver a nuestro agresor, no es necesario reiniciar ninguna relación con el, tampoco informarle que lo hemos perdonado. El perdón es exclusivamente nuestro y con esto no hacemos ningún bien a nadie de "afuera" solo a nosotros mismos. De la misma manera que si nosotros pensamos que nos vengamos de nuestro agresor odiándolo y deseándole todo mal, esta energía se revierte a nosotros materializando todo tipo de negatividad en nuestra vida.
Odiamos con la intención de separarnos de quien nos dañó pero ¿Sabías que con la misma fuerza que nos une el amor nos une el rencor?... el rencor te mantiene siempre cerca de la persona ¿cuánto tiempo y energía al día, le dedicas a la persona que mas rencor le tienes? ¿Cuánto tiempo más le piensas dedicar?.
La vida es una escuela en donde venimos a aprender y solamente podemos aprender viviendo ¿Qué sucede cuando no perdonamos? Si nosotros no tenemos la capacidad de perdonar es porque no hemos desarrollado en nosotros la comprensión. No perdonamos porque no comprendemos el por qué una persona fue capaz de hacernos tanto daño, todavía no somos capaces de ver más allá de las apariencias y comprender que esta persona, no tenía las herramientas vivenciales suficientes para actuar de otra forma con nosotros. Si nosotros no perdonamos es porque no comprendemos el fondo de las cosas y no tenemos capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona, entonces la vida nos obligará a vivr la experiencia pero "del otro lado" es decir, de lado de nuestro agresor. En algún momento de tu vida te verás haciendo el mismo daño que te hicieron... esto en correspondencia con la Ley del Karma, solamente viviendo las cosas serás capaz de comprender a tu agresor, sintiendo lo que el sintió y teniendo circunstancias semejantes que le orillaron a hacerte el daño que te hizo.
Todos los caminos llevan a Dios y todos nos dejan una enseñanza, sin embargo, el camino del perdón y el amor representa un camino libre de sufrimiento, aprenderás lo mismo, pero sin dolor.
Perdonar no implica volver a confiar en la persona, volver a abrirse o volver a relacionarse con ella.
En la vida hay relaciones que no pueden ser o que quedaron tan dañadas que no pueden reconstruirse de nuevo.
Otro caso también puede ser el perdonar y restablecer una relación, perdonamos porque ya no sentimos ningún sentimiento negativo contra la persona, sin embargo, es posible que la relación no pueda manejarse ya al 100% de confianza porque ya tenemos la experiencia y ésta nos dice que no podemos confiar ya en la persona en su totalidad, nos podemos relacionar de una forma positiva, pero ya conocemos los límites por experiencia, esto forma parte ya de nuestra experiencia... saber darnos con la persona que puede correspondernos, sin ilusiones ni idealización, es aprendizaje.
Perdonar implica no sentir ningún sentimiento negativo contra alguien o contra algo. Perdonar no significa almacenar y adormecer un sentimiento y creer que no existe porque no nos relacionamos con la persona... perdonar implica que no pasa nada si oímos hablar de ella, si recordamos el pasado y si nos la topamos en la calle.
Perdonar y perdonar, pero... ¿a quien tenemos que perdonar?
Por ejemplo:
A la persona que más te hiere
a la emoción que más te afecte
al pensamiento que más te altere
a la circunstancia que más te incomode
¡a ti mismo!
El perdón es un acto cotidiano de desvestirse todos los días de pensamientos negativos, molestias, enojos, rencores, resentimientos, prejuicios, odios... El perdón es un proceso... de por vida y... ¡paradoja!... impregnado de amor. El perdón no es amigo del orgullo, la soberbia o el miedo... el perdón es amigo de la compasión, comprensión y tolerancia los cuales derivan del amor.
¿Por dónde empieza el perdón? ¡Por ti mismo! perdona tus errores, perdona el pasado, en vez de alimentar tu rencor torturándote con recuerdos y ¡hubieras!, mejor aprende de la experiencia y la próxima vez ¡hazlo mejor! eso es superación, eso es evolución.
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